¡Ya han venido los segadores...!
Transcurridas las seis u ocho semanas de dura faena de siega en las tierras bajas, en el sur de Navarra y Teruel… los segadores se aprestaban, como podían, a enviar recado al pueblo del día de su regreso. Algún viajero que iba de camino servía de recadero para decir: "que viene tal o cual cuadrilla" o remitían unas letras que el correo llevaba a su destino: "tenemos para tantas o cuantas jornadas por lo que regresaremos, regularmente, el día tal". Solían apalabrar con el dueño de los trigales la siega del año próximo e incluso comprometían el jornal que iban a recibir. Entre otros pagos a los que acudían los gaibielanos a segar, nos relatan los mayores las siguientes poblaciones: Alfambra, Pedregalejos, Pancrudo, Corbatín, Caminreal, Bañon, Navarrete, Barrachina, Godos, Nueros, Torrecilla, Portarubio, Torrelosnegos…). Habían sido semanas de ardua tarea y muy monotona; todos los días la misma rutina: Antes de amanecer ya estaba cada uno en su puesto, con su sombrer