De pordioseros y mendicantes
Los andariegos mendigos visitaban periódicamente Gaibiel. Por los caminos se decían unos a otros en qué casas se ejercía la caridad, aquellas en las que tendrían, al menos, un mendrugo asegurado. La calidad de las fachadas, puertas y balcones informaba a los mendigos de los posibles que aquella casa ofrecía y solían orientarse por ellas. Recorrían las calles “pordioseando”. El origen de la palabra proviene de los mendigos y pedigüeños que pedían limosna invocando a Dios, con fórmulas: «una limosna, por Dios» o «déme algo, por Dios». Pordiosero salió de ese “por Dios”, al que se añadió el sufijo -ero, propio de los nombres de profesión (panadero, zapatero, torero…), porque tales mendigos eran «profesionales» del limosneo. Entre las diversas tipología de Pordioseros tenemos al pobre, el mendigo, el pedigüeño, el mendicante, el desvalido, el necesitado, el mísero… De entre ellos los que mas fortuna tenían eran aquellos que exibían su mal: los ciegos, los tullidos, los enfermos… Sus ropas