Jocosidades del día de los Santos Inocentes
Cuando el calendario señalaba el 28 de diciembre, celebración de los Santos Inocentes, y se levantaba el sol en Gaibiel no eran pocos los que se frotaban las manos ante las fechorías que, en plan de broma, pensaban gastarle a sus vecinos, mientras que otros, los más tímidos, temblaban con sólo pensar que pudieran ser objeto de burlas, chascos y guasas ajenas y por ello andaban esa jornada bien precavidos para que no les engañasen, se mofasen de ellos o tomasen el pelo. Porque en todos los rincones de España la fiesta litúrgica iba acompañada de la costumbre de gastar “inocentadas”: bromas gastadas a otros a modo de cuchufleta y diversión. Según una arcana tradición, se hacía en Gaibiel un singular trueque en rígida estructura de las relaciones pueblo-autoridad. Según nos cuentan haber oído relatar a sus mayores, los más ancianos del lugar, el día 28 las cuadrillas elegían al que oficiaría de alcalde y a los otros cargos relevantes, como el juez, el alguacil... y, tomando la plaza, som...