Noche de Reyes...
De todas las noches del año la más mágica y repleta de ilusiones es, sin lugar a dudas, la del cinco de enero, Noche de reyes. En Gaibiel, la austeridad de sus gentes, desconoció secularmente la hermosa escenificación con que se celebraba la venida de sus Majestades de Oriente en otros lares. Aquí amanecían, sin más, los escasos y humildes regalicos en el balcón, junto a las desgastadas alpargaticas -que se habían dispuesto allí- acariciando el deseo de que los reyes no pasasen de largo sin dejar caer alguna cosica. La sencilla y rudimentaria cabalgata de reyes se organizó -por vez primera en Gaibiel- recién terminada la guerra. Fue promovida por el cura, recién llegado, Don Manuel Gil con la colaboración de la maestra Dª Mercedes Aliaga. Ilusionados realizaron, con algunos ayudantes, el vestuario de los Magos: las coronas con cartón revestidas de papel plata; con lana de los colchones, cosieron las barbas y pelucones, las capas las pidieron prestadas de algún vecino y con feccionaron