Fiesta del glorioso San Blas en Gaibiel
Notas biográficas. San Blas fue elegido, por aclamación popular, Obispo de Sebaste (Armenia), merced a su fama de santidad. Era médico de profesión. Marchó a hacer vida eremítica al Monte Arceo. A su cueva acudían las fieras salvajes a que les curase. Durante la persecución de Agrícola contra los cristianos, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y encontraron a muchos de ellos esperando ante la cueva de Blas. Lo descubrieron en oración y lo arrestaron. Agrícola trató de hacerle renegar de su fe, como no consintió le sometieron a prisión, allí sanó a algunos prisioneros. Fue torturado (colgado de un poste y lacerado con rastrillos de arar). Mientras se dirigía al patíbulo una mujer se le acercó y arrodillándose, con su hijo entre los brazos, moribundo por una espina de pescado que le había atravesado la garganta pidió al obispo que lo sanase, él colocó sobre la cabeza del pequeño y comenzó a orar. El niño sanó.Desde la Edad Antigua es invocado como Patrono de los cazadores, y las gentes le tenían gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta.
San Blas es protector contra las infecciones de garganta, tos, anginas; y patrono de los médicos, panaderos, albañiles, canteros, marmolistas, sastres, pañeros, animales salvajes y sus enfermedades.Iconografía. Se le representa con cirios entrecruzados, cuerno, mitra o rastrillo de cardar.
En Gaibiel La celebración actual de la fiesta en nada se parece a sus orígenes. Se celebra la Misa en su ermita, el domingo más próximo al día del santo. Al final se cantan los antiguos gozos al santo, transmitidos por tradición oral, y cuyo texto es como sigue:
GOZOS AL GLORIOSO SAN BLAS
Pues al demonio malvado
GOZOS AL GLORIOSO SAN BLAS
Pues al demonio malvado
vuestra protección espanta.
De los males de gargantased
San Blas nuestro abogado.
l. Al retiro grande amor
en la cueva demostrasteis
fiel obispo apacentasteis
el rebaño del Señor.
El nombre del buen pastor
en vos se ve reflejado.
2. En premio a tal santidad
el Señor os distinguió
amoroso os concedió
milagrosa potestad.
Vuestra excelsa caridad
a muchos tea consolado.
3. Os invocan los dolientes
y hallan remedio sus males
los mismos irracionales
os veneran reverentes.
Curaciones sorprendentes
siempre obráis y habéis obrado.
4. Con gran júbilo abrazasteis
del martirio los tormentos
y con sublimes acentos
al tirano contestasteis.
En el martirio imitasteis
a Cristo crucificado.
5. Con azotes inclementes
vuestras carnes desgarraron
con garfios las destrozaron
la sangre corrió a torrentes.
Iras fueron impotentes
del tirano desalmado.
6. Mucha sangre derramasteis
más no os hizo mella alguna
y arrojado a la laguna
sobre el agua caminasteis,
Y del infierno trinasteis
con esfuerzo denodado.
7. Del cielo os llamó el Señor
su voz gozoso escuchasteis
y degollado entregasteis
vuestra alma al Criador.
Del martirio con el honor
el cielo os ha coronado.
8. A vuestro altar acudimos
con sincera devoción
siempre en vuestra protección
confiados estuvimos.
Que nos libréis os pedimos
de todo mal y pecado.
Pues al demonio malvado
vuestra protección espanta.
De los males de garganta
sed San Blas nuestro abogado.
Terminado el piadoso canto se procede al sacramental de la bendición de panes y garbanzos tostados en honor de San Blas, que se distribuyen entre todos los asistentes; y se echa traca. La fiesta la costean los devotos del santo.Tradicionalmente -cuentan los más viejos del lugar- se celebraba la Misa en el eremitorio el día litúrgico del Santo y por la tarde se hacía procesión con la imagen del santo mártir; al final de la cual se cantaban los gozos en su honor. A la ermita acudían las mujeres a hacer novena cuando algún ser querido padecía males de garganta. Las niñas se asomaban de puntillas a los ventanucos de la puerta y recitaban una ingenua cancioncilla aprendida de sus mayores que rezaba más o menos así (que en esto no encuentra unanimidad la memoria de las gentes):
“San Blasico se perdió una tarde,
“San Blasico se perdió una tarde,
su padre y su madre lo fueron a buscar,
calle arriba calle abajo,
lo encontraron en Sto. Domingo,
buscando a las almas que rezando están”.
buscando a las almas que rezando están”.
Cuando alguien se atragantaba de inmediato todos decían las mamás repetían: "San Blas glorioso"
El pan bendito era muy apreciado por el pueblo para curar los males de garganta. Para la religiosidad popular tradicional "las cosas" bendecidas en los sacramentales de la Iglesia, al ser llevadas a las casas, transportan al hogar la protección divina. Y constituían un medio extraordinario para asegurar la prosperidad del cuerpo, del espíritu y de lo económico.
Ermita del santo. A escasos metros del casco urbano de Gaibiel, en el camino del molino, radica la vetusta ermita de San Blas. Su traza evidencia que su origen data del S. XV por lo que algunos sostienen que fue el primer templo cristiano de la villa. Llegó al siglo XX maltratada por la historia, en acusado estado de deterioro. En la persecución religiosa del 36 fue saqueada por los milicianos, destruido su retablo y la imagen del santo arrastrada por todas las calles, amarrada con una soga al cuello para acabar después en la pira de la plaza junto con el resto de los santos. Era una talla de madera policromada de algo más de un metro, imagen de vestir. Maria Cantón era la encargada de la ermita y conservaba en casa las ropillas de cambiar al santo por lo que se salvaron de la quema.
El edificio es de estilo gótico tardío, de planta rectangular. La sobria fachada principal se remata con una pequeña espadaña o campanil, bajo la cual hay un azulejo que representa al Santo obispo rodeado de devotos infantes. La iglesiuca mira al pueblo, la puerta es un amplio arco medio punto. Cuenta con un amplio vestíbulo abierto a la montaña, que abre a la nave y ábside plano. Se cubre por una bóveda de crucería que, en dos tramos, recorre la nave. Los arcos arrancan de cabezas de ángeles alados -torpemente policromados-. En su lateral tiene una puerta adintelada de reducidas dimensiones. La techumbre se cubre a dos aguas con teja rustica.
Tras la guerra fue abandonado su uso sacro y empleada como corral y almacén acusando un progresivo deterioro y ruina. En la década de los 90 una honrosa comisión de vecinos se empleó a fondo en su rehabilitación. Una empresa colectiva que acertó a recuperar un recinto emblemático de tan noble villa.
Comentarios
Justo ando con dolor de garganta, y llego acá... caminos de Dios. Bendiciones.