El santoral y las labores rusticas.

La abundancia de la presencia de santos en el refranero de cada mes, repetidos –con sus variantes- en las distintas zonas rurales de la geografía española, pone de relieve el gran influjo que el santoral tenía en la vida y costumbres de los hombres del campo. Por un lado por la concepción sacral del tiempo y un acusado temor de Dios; y por otro como referente obligado que señalaba en el calendario las fechas más oportunas para acometer tal o cual tarea. Así por ejemplo por enero...

- La aceituna de Enero echa alpechín al suelo.
- El ajo de Enero llena el mortero; pero yo de Diciembre lo quiero.
- En Enero se hiela el agua en el puchero.
- En Enero, ni galgo lebrero, ni azor perdiguero
- Por San Antón (17 de Enero) gallinita pon: "La nueva que la vieja no
-Por San Antón se acabó el turrón
.

Entre las tareas rusticas destacaba sobremanera, por su carácter festivo, la matanza. El cerdo aseguraba el abastecimiento de carne para la mayoría de las familias rurales. El jamón, los chorizos y morcillas, el lomo, las costillas y tocino... Costaba poco de criar, requería escasos cuidados y se comía absolutamente todo. El matapuerco es un ejemplo ilustrativo de la estrecha relación que existe en el refranero de nuestros pueblos entre el santoral y las tareas propicias a acometer. El matacerdo jalonaba todo el año y podía comenzar con San Antón, festejado el día 17 de enero: -A cada lechón le llega su San Antón. Pero, como recuerda aquel refranico, era desaconsejable: “Quien mata su cochino temprano, tiene buen invierno y mal verano”.

En algunos lugares –si el hambre apretaba- se adelantaba la matanza del cerdico a octubre, más o menos coincidiendo con el día de San Lucas (18 de octubre) o San Simón y San Judas (28 de octubre) así dice el refranero:

-Por San Lucas, mata tus puercos, tapa tus cubas y para tus yuntas.
-San Simón y San Judas, mata tus puercos y tapa tus cubas.

Sin embargo, lo más sensato era tener paciencia para cebar bien al animal y poder sacarle su máximo rendimiento, circunstancia que se daba allá por el mes de noviembre. Pero mediado o a finales porque: - El que mata por los Santos, en el verano come cantos. Y esto era aproximadamente por San Martín. De ahí que, como “No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”, por esas fechas: “A cada cerdo le llegase su San Martín”.

-Por San Martino mata la vieja el cochino.
-Por San Martín deja el cerdo de gruñir.
-Por San Martín, mata tu gorrín y destapa tu vinín.
-Por San Martino, prueba tu vino y mata tu cochino.
-Por San Martín, se mata el gorrín; por San Andrés, a dos y a tres.
-Por San Martino, mata el pobre su cochino y por San Andrés , el rico los tres.
-Por San Martino, encierra tu vino; por santo Tomé, toma el cochino por el pie. (día 29)
-Por Santo Tomé, quien no tuviera puercos que mate a su mujer.


Si el cerdo sigue con vida después de San Martín, hay varios refranes que nos lo vuelven a recordar:

El último día del mes, San Andrés, determinaba el final del plazo para cumplir con la matanza.

-Por Santa Catalina (25 de noviembre), mata tu cochina; por San Andrés, mata tu res; y si no tienes que matar, mata a tu mujer.
-Por San Andrés, mata tu res, flaca o gorda o como esté.
-En San Andrés, chico o grande, ha de caer.
-Por San Andrés, hay puercos gordos que vender.
-Por San Andrés, toma el puerco por los pies; y si no lo puedes tomar, déjalo hasta Navidad
.

Pese a ello, los más pacientes aguardaban al mes de diciembre como el más propio para cumplir con esta faena; porque el frío y las crudas heladas ayudaban a que el cerdo se orease perfectamente en las porchadas. De ahí que no nos falten en el refranero alusiones a este

-Por Santa Catalina, mata tu cochina. (4 de diciembre)
-Por la Concepción mata tu cebón. (8 de diciembre)
-Por Nadal, tu puerco en sal.

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