El Templo de Gaibiel (II). Fachada y portada
Foto: Rocardo>maia. picasaweb.google.com/.../ZI3vBM7AKWbmRi1eoUwOdQ
La fachada es de mampostería y sillería con remate mixtilíneo a los pies con volutas adosadas a los lados y remates de “pináculos con bola” en los extremos. En el centro superior presenta un óculo central de mampostería. Aprovechando la restauración del 2007 se abrió el vano de la ventana cegada que había sobre el coro, colocando la vidriera del Espíritu Santo (replica de la del retablo de la gloria de Bernini) que dota de mayor luminosidad la boveda de la nave central.
Sigue el sencillo esquema compositivo de los templos valencianos de la época; prima la sobriedad en la ornamentación y la austeridad. Los sillares que se observan en ella nos informan de la traza y proporciones del antiguo templo, de dimensiones mucho más modestas.
En la parte inferior, junto a un ventanuco a la izquierda de la portada, se observa un antiguo acceso cegado. Era una antigua puerta que permitía al alguacil entrar al campanario -sin tener que pasar por el cancel del templo- previsto para los usos civiles de las campanas. Ese acceso se abrió en tiempos decimonónicos cuando en la política municipal soplaban vientos de feroz anticlericalismo y las relaciones entre Iglesia-Conejo eran tempestuosas.
El Campanario. En el extremo izquierdo de la fachada se levanta, adosada al templo una robusta torre barroca, hecha de ladrillo y piedra, de planta cuadrada situada a los pies del templo en el lado del evangelio. Consta de cuatro cuerpos, y está rematada por una espadaña, de galería corrida alrededor del campañil. Consta de cinco campanas: Sta. Maria del Rosario y San Antonio 1; San Pedro 2 y 4; Divina Pastora 4 y Sto. Cristo de al Sed 5. Fue restaurado en el año 1998 cuando se recuperaron las campanas que habían sido destruidas, echadas a tierra por los milicianos en la guerra del 36 cuando el frente se acercaba a Gaibiel. La matraca se perdió tambien en esas fechas.
La portada. Responde al esquema compositivo que se impone en España en el siglo XVIII. Esta formada por dos cuerpos unidos por un entablamento partido en dos por una imponente cornisa volada. En el cuerpo inferior presenta un vano de acceso adintelado, enmarcado por moldura y flanqueado por cuatro sólidas pilastras, superpuestas, de capitel acornisado de orden toscano y cuerpo arquitrabado superior, asentadas sobre pedestales.
El segundo cuerpo lo define una hornacina central de arco de medio punto (para acoger la imagen del titular del templo: San Pedro Apostol) enmarcada por dos pilastras jónicas estriadas, a cuyos lados aparecen dos grandes volutas a modo de aletones y custodiadas por dos grandes copones ornamentales en los extremos. Sobre un pequeño entablamento se asienta un remate a modo de ático semicircular rematado por un coponcillo y dos pequeños pináculos con bola.
La puerta es de madera de mobila, recubierta de chapa de hierro, decorada con dibujo inciso cincelado, que representa: un marco de cenefa vegetal para enmarcar la iconografía petrina que la ornamenta, alusiva al titular del templo:SAn Pedro apóstol. Son cuatro los elementos simbólicos empleados: las llaves y el libro de la Sagrada Escritura, la Iglesia, la tiara pontificia con el báculo del patriarcado y el gallo. Todo ello sobre un “drapeado”, abajo -junto con el báculo papal- aparece la inscripción: “Año-1797”. La colocación de estas soberbias puertas representó la conclusión de las obras de ampliación y reforma del templo nuevo.
Sigue el sencillo esquema compositivo de los templos valencianos de la época; prima la sobriedad en la ornamentación y la austeridad. Los sillares que se observan en ella nos informan de la traza y proporciones del antiguo templo, de dimensiones mucho más modestas.
En la parte inferior, junto a un ventanuco a la izquierda de la portada, se observa un antiguo acceso cegado. Era una antigua puerta que permitía al alguacil entrar al campanario -sin tener que pasar por el cancel del templo- previsto para los usos civiles de las campanas. Ese acceso se abrió en tiempos decimonónicos cuando en la política municipal soplaban vientos de feroz anticlericalismo y las relaciones entre Iglesia-Conejo eran tempestuosas.
El Campanario. En el extremo izquierdo de la fachada se levanta, adosada al templo una robusta torre barroca, hecha de ladrillo y piedra, de planta cuadrada situada a los pies del templo en el lado del evangelio. Consta de cuatro cuerpos, y está rematada por una espadaña, de galería corrida alrededor del campañil. Consta de cinco campanas: Sta. Maria del Rosario y San Antonio 1; San Pedro 2 y 4; Divina Pastora 4 y Sto. Cristo de al Sed 5. Fue restaurado en el año 1998 cuando se recuperaron las campanas que habían sido destruidas, echadas a tierra por los milicianos en la guerra del 36 cuando el frente se acercaba a Gaibiel. La matraca se perdió tambien en esas fechas.
La portada. Responde al esquema compositivo que se impone en España en el siglo XVIII. Esta formada por dos cuerpos unidos por un entablamento partido en dos por una imponente cornisa volada. En el cuerpo inferior presenta un vano de acceso adintelado, enmarcado por moldura y flanqueado por cuatro sólidas pilastras, superpuestas, de capitel acornisado de orden toscano y cuerpo arquitrabado superior, asentadas sobre pedestales.
El segundo cuerpo lo define una hornacina central de arco de medio punto (para acoger la imagen del titular del templo: San Pedro Apostol) enmarcada por dos pilastras jónicas estriadas, a cuyos lados aparecen dos grandes volutas a modo de aletones y custodiadas por dos grandes copones ornamentales en los extremos. Sobre un pequeño entablamento se asienta un remate a modo de ático semicircular rematado por un coponcillo y dos pequeños pináculos con bola.
La puerta es de madera de mobila, recubierta de chapa de hierro, decorada con dibujo inciso cincelado, que representa: un marco de cenefa vegetal para enmarcar la iconografía petrina que la ornamenta, alusiva al titular del templo:SAn Pedro apóstol. Son cuatro los elementos simbólicos empleados: las llaves y el libro de la Sagrada Escritura, la Iglesia, la tiara pontificia con el báculo del patriarcado y el gallo. Todo ello sobre un “drapeado”, abajo -junto con el báculo papal- aparece la inscripción: “Año-1797”. La colocación de estas soberbias puertas representó la conclusión de las obras de ampliación y reforma del templo nuevo.
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