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Ya se van los pastores.

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En Gaibiel, llegando el tres de mayo, los pastores venidos del crudo Aragón preparaban sus atillos y recogiendo sus borregas se aprestaban a volverse para su tierra tras haber pasado los cinco meses más crudos del año entre nosotros. Un par de días antes de marchar saldaban la deuda contraída con aquellos vecinos que se habían visto perjudicados por sus rebaños. Basta un simple descuido del pastor para que las ovejas invadiesen algún bancal y se almorzasen un arbolico o se merendasen parte de la siembra. Daños que se resarcían económicamente y... ¡aquí paz y después gloria! También se hacía la subasta de los cuartos del pasto, de modo que antes de marchar ya tenían comprometido el uso para el próximo invierno. Nos cuentan que antiguamente se hacía al dar “la dita” a primeros de Enero. En un pueblo cuyos únicos recursos naturales son la agricultura y la ganadería, este acto de la subasta constituía uno de los más importantes del año; por que afectaba a todas las gentes del pueblo. De es...

Refranero de Mayo y el santoral

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Desde mayo a San Miguel, pastor de ovejas quiero ser; desde San Miguel a marzo, que las cuide el amo. Si hace viento por san Matías hace viento cuarenta días. Por San Matías, cantan las totovías y entra el sol por la umbrías Por San Matías, igualan las noches con los días Por San Fernando, la loba parida o rabeando Para San Isidro Labrador, se va el frío y viene el sol Mayo pardo, San Juan claro, señal de buen año. Por santa Cruz la viña reluz. Por santa Rita el agua da más que quita. San Felipe y Santiago, sepan las damas que mayo ha entrado. San Isidro Labrador quita el agua y trae el sol. Si hiela por Santa Quiteria mal año espera. Hasta san Urbano (25-05), no esta libre de hielos el hortelano. Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo, y si vuelve a llover, vuélvetelo a poner. ¿Quieres mal a tu vecina? Dale en mayo una sardina. Abril lluvioso y mayo ventoso, hacen el año rico y provechoso Agua de mayo no cala el sayo, y si alguna vez lo caló, pronto lo enjugó. Agua de mayo qui...

¡Que hoy hay novios!

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El curso del año en gaibiel, estaba jalonado de celebraciones familiares entre las que destacaban, sobremanera, las bodas. Antes para contraer matrimonio era buena cualquier época del año. No eran tan remiraos como ahora... Todo comenzaba cuando el mozo manifestaba sus sentimientos a la moza y, para formalizar la relación, acudía a casa del padre a pedir la mano (lo que -en el decir popular gaibielano- se expresaba así: “ fulano ya ha entrao en casa de cetana ”). No eran los padres de antes amigos de festeos prolongados, a poder ser ¡un par de años y a pasar por la vicaría! Y ese par de años eran de vigilancia estrecha y carabina permanente. O se iba con la pandilla de amigos o se velaba en la chimenea de la casa paterna... pero siempre acompañados. Una vez que la moza era pedida en matrimonio, empezaba a ultimar el "Ajuar de Novia" (que en Gaibiel comenzaban las niñas apenas iban a escuela). En aquellos tiempos lo confeccionaban ellas mismas con ayuda de su madre, abuela, tí...

¡Que han llegado los titiriteros!

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Con el nombre de “Titiriteros” se calificaba vulgarmente a los actores de las rudimentarias compañías circenses (acróbatas, equilibristas, fonambulistas, magos, payasos... de poca monta), que recorrían nuestros pueblos y aldeas. No como actualmente, que se emplea este término sólo para designar a las personas que manejan títeres. Los Titiriteros eran familias ambulantes, medio gitanos, formadas por padres e hijos, tíos y primos, abuelos… Gentes ingeniosas y desenfadadas que llevaban vida de bohemios. No vivían en ninguna parte y en ningún lugar permanecían más allá de un par de días o tres; siempre se les podía encontrar allá donde había fiestas. Andaban de pueblo en pueblo con sus grotescas actuaciones, sus danzas y cantes, sus monigotes y sus animales, tratando de entretener a la gente a cambio de unas perras con que saciar sus hambrunas. - ¡Que han venido los titiriteros! Con éste grito se alborotaba la chiquillería y se pregonaba antiguamente, la llegada a Gaibiel de los comediante...

Fiesta de los Quintos

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En Gaibiel, como en el resto de las poblaciones rurales de España, se celebraba anualmente una peculiar fiesta: la de los Quintos. Los quintos eran los mozos de la misma edad que se incorporaban ese año a filas. Venía celebrándose desde la implantación del servicio militar obligatorio en la Regencia que sucedió a la muerte del rey Fernando VII y que recibió el nombre popular de "Mili". Pervivió mientras hubo mocedad en el pueblo y fue desapareciendo por efecto de la emigración. Cumplidos los 20 años los mozos eran "tallados". La talla y el reconocimiento tenía lugar en el Ayuntamiento, que ese día se llenaba de los mozos del año llamado a filas y de algún que otro padre que lo acompañaba. El instrumento empleado para la medición de la estatura era un tallímetro fijo, consistente en un listón de madera que tenía marcados los centímetros; sobre él ponía la espalda el mozo y se deslizaba el “tope móvil”,dejandolo descansar sobre la cabeza, determinando la estatura exa...

Los Comulgares

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El día de san Vicente Ferrer, lunes siguiente al domingo de Cuasimodo, cumplida una semana del día de Pascua, en Gaibiel se vivía una jornada tan festiva como la de la mañanica de pascua: “los comulgares”. Bien de mañana –apenas concluida la Misa primera-, sobre las nueve, salía del templo la cruz parroquial flanqueada por los ciriales. Un volteo general de campanas pregonaba a los cuatro vientos que Gaibiel acompañaba jubiloso al Santísimo en su visita a los impedidos. Iba bajo palio precedido de todos los fieles -muy mudados con sus mejores galas-, y seguido por el ayuntamiento y la banda de música. El párroco, revestido de sotana, roquete y estola, portaba el Copón, que contenía las Sagradas Formas, recogido entre las manos y llevado con solemnidad bajo la capita de los comulgares (uno de los pocos ornamentos sagrados que en Gaibiel consiguió ser salvado en guerra). Es una pieza de tela noble, muy vistosa, aunque se encuentra muy deteriorada por la antigüedad y el uso. Los balcones ...

Las comidas de Pascua

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Concluidos los solemnes ritos de la Semana Santa, llegaba la Pascua. En Gaibiel era tradicional realizar tres días de comidas festivas, en las que se reunían las cuadrillas de amigos. Se celebran desde el domingo de Gloria en la tarde-noche, hasta el miércoles de la octava, el día de “las sobras”. Así la mañanica de pascua daba paso al momento de dar buena cuenta de todo lo goloso que se había horneado los días previos al triduo para condimentar el gozo pascual. Los niños se bajaban, su saquico en ristre, de merienda al río, a la fuente de la vall o del vicario y allí, con sus infantiles juegos echaban la tarde y se comían la rosca. Los jóvenes se juntan en una casa, elegida de común acuerdo entre los miembros de la cuadrilla. Allí cocinaban su conejo o su gallina y al anochecer, en la entrada de la casa, se ponían -en sillas haciendo corro- para tocar las guitarras, bandurrias y el acordeón si lo había. Alguna que otra serenata daban. Las mozas llevaban su cesta con las suculentas via...