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A emblanquinar que llega el Corpus

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Cuando se aproximaba el Corpus las mujeres gaibielanas se apresuraban a comprar los “turroces” de cal a algún vecino que se había traído una carretada de cal y preparar un perol de agua para ponerla a “amerar” una semana. Con ropa vieja y un pañolón atado en la cabeza, con un pozal lleno de cal y un pincel de esparto y con el rabo largo (una caña generalmente) empezaba de buena mañana a dar brochazos a la fachada de la casa y a las paredes del corral Esta faena no podía descuidarse porque las lluvias y el sol hacían que las paredes fueran, que iban engordando con los sucesivos repintes, se desconchasen y cayese al suelo. El roce, las salpicaduras del barro, los desconchones afeaban las fachadas y llegando el verano urgía darle un lavado de cara a la vivienda. Así que procedía emblanquinar la casa entera una vez al año y, de tanto en tanto, el “arrimadillo” y los “morricos” que eran los bajos de las paredes, las partes más expuestas a la suciedad y desconchones. Las fachadas quedaban re...

¡A cenar pronto para poder ir a las flores!

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Con la llegada del buen tiempo y tras las lluvias invernales, el campo comienza a cubrirse de un verde intenso y de los colores y aromas de las flores ¡Es el apogeo de la primavera! Con el mes de mayo se produce una explosión de vida en la naturaleza, comienza con vigor un nuevo ciclo cargado de vitalidad. Mayo es la expresión del poder fecundo de la vida. En la escuela, cada tarde de mayo, los niños y niñas de primera comunión eran los encargados por los maestros de recitar versos marianos, la clase organizada por turnos cada semana llevaba flores silvestres para ponerlas ante la pequeña imagen de la Inmaculada que había en el aula y cantaban aquella cancioncilla del: Venid y vamos todos con flores a Porfía, con flores a María que madre nuestra es (bis) De nuevo aquí nos tienes purísima doncella, más que la luna bella, postrados a tus pies. A ofrecerte venimos, flores del bajo suelo, con tanto fervor y anhelo, Señora, tú los ves. Venid y vamos todos… Otro tanto hacían los mayores. Al...

Bendición de los campos y viñas

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El tres de mayo, fiesta liturgica de la Invención de la Santa Cruz, era conmemorada desde antiguo. En España aparece en los calendarios y fuentes litúrgicas mozárabes, en relación con el relato del hallazgo por Santa Elena de la auténtica Cruz de Cristo. Este relato figura en los pasionarios del siglo X. En el sexto año de su reinado, el emperador Constantino se enfrenta contra los bárbaros a orillas del Danubio. Se considera imposible la victoria a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tiene una visión: en el cielo se apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, In hoc signo vincis ("Con esta señal vencerás"). El emperador tras la victoria, averiguado el significado de la Cruz, se bautizó y mandó edificar iglesias. Enseguida envió a su madre, santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y con torturas consiguió la confesión del...

¡A cocer el pan!

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Desde que lo introdujeran los celtíberos en el siglo III A.C., el pan ha constituido el alimento básico de cada hogar español hasta nuestros días. En Gaibiel, como en todas las zonas rurales, se sembraba mucho trigo. El grano se molía tradicionalmente en el molino del rió pero después de la guerra solían llevarlo a la fábrica del Mocho en Jérica. Como en toda población, los hogares gaibielanos se clasificaban en dos: los que amasaban pan y los que no podían amasarlo. Si no había tierras, no había grano; si no había grano, no había harina; si no había harina, no había pan, salvo –con suerte- el llamado "pan rojo", un pan más tosco, formado por harina y salvado. Algunas mujeres de familias necesitadas cocían también pan de moniato. El pan, era el alimento básico en todo hogar. Tanto más deseado cuanto mayor era su carencia. ¡Con qué respeto lo bendecía el padre o la madre!: “Jesús y comamos”, antes de partirlo y repartirlo entre los hijos. ¡Con que devoción se besaba el pan caí...

Ya se van los pastores.

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En Gaibiel, llegando el tres de mayo, los pastores venidos del crudo Aragón preparaban sus atillos y recogiendo sus borregas se aprestaban a volverse para su tierra tras haber pasado los cinco meses más crudos del año entre nosotros. Un par de días antes de marchar saldaban la deuda contraída con aquellos vecinos que se habían visto perjudicados por sus rebaños. Basta un simple descuido del pastor para que las ovejas invadiesen algún bancal y se almorzasen un arbolico o se merendasen parte de la siembra. Daños que se resarcían económicamente y... ¡aquí paz y después gloria! También se hacía la subasta de los cuartos del pasto, de modo que antes de marchar ya tenían comprometido el uso para el próximo invierno. Nos cuentan que antiguamente se hacía al dar “la dita” a primeros de Enero. En un pueblo cuyos únicos recursos naturales son la agricultura y la ganadería, este acto de la subasta constituía uno de los más importantes del año; por que afectaba a todas las gentes del pueblo. De es...

Refranero de Mayo y el santoral

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Desde mayo a San Miguel, pastor de ovejas quiero ser; desde San Miguel a marzo, que las cuide el amo. Si hace viento por san Matías hace viento cuarenta días. Por San Matías, cantan las totovías y entra el sol por la umbrías Por San Matías, igualan las noches con los días Por San Fernando, la loba parida o rabeando Para San Isidro Labrador, se va el frío y viene el sol Mayo pardo, San Juan claro, señal de buen año. Por santa Cruz la viña reluz. Por santa Rita el agua da más que quita. San Felipe y Santiago, sepan las damas que mayo ha entrado. San Isidro Labrador quita el agua y trae el sol. Si hiela por Santa Quiteria mal año espera. Hasta san Urbano (25-05), no esta libre de hielos el hortelano. Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo, y si vuelve a llover, vuélvetelo a poner. ¿Quieres mal a tu vecina? Dale en mayo una sardina. Abril lluvioso y mayo ventoso, hacen el año rico y provechoso Agua de mayo no cala el sayo, y si alguna vez lo caló, pronto lo enjugó. Agua de mayo qui...

¡Que hoy hay novios!

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El curso del año en gaibiel, estaba jalonado de celebraciones familiares entre las que destacaban, sobremanera, las bodas. Antes para contraer matrimonio era buena cualquier época del año. No eran tan remiraos como ahora... Todo comenzaba cuando el mozo manifestaba sus sentimientos a la moza y, para formalizar la relación, acudía a casa del padre a pedir la mano (lo que -en el decir popular gaibielano- se expresaba así: “ fulano ya ha entrao en casa de cetana ”). No eran los padres de antes amigos de festeos prolongados, a poder ser ¡un par de años y a pasar por la vicaría! Y ese par de años eran de vigilancia estrecha y carabina permanente. O se iba con la pandilla de amigos o se velaba en la chimenea de la casa paterna... pero siempre acompañados. Una vez que la moza era pedida en matrimonio, empezaba a ultimar el "Ajuar de Novia" (que en Gaibiel comenzaban las niñas apenas iban a escuela). En aquellos tiempos lo confeccionaban ellas mismas con ayuda de su madre, abuela, tí...